martes, 13 de agosto de 2013

Tu ombligo no es el centro del universo.

Hoy me voy a dedicar a escribir algunos pensamientos y meditaciones sobre mis puntos de vista de está sociedad actual, que ya tiene poco de sociedad.

Desgraciadamente en las redes sociales las críticas y ofensas mas duras las recibe el actual Gobierno de la Nación, algo muy lamentable y que voy a pasar de largo.

He estado buscando significados de la palabra "Ética" , y he deducido que en nuestra sociedad actual encontramos muy poco de ética en cada acción y comportamiento que realizamos. Se acostumbra a relacionar ética y moral, si, es los mismo con diferente palabras. Después de estas divagaciones ya paso a entrar en el tema que verdaderamente pretendo divulgar.

Escuchamos "ética empresarial", "ética económica", ética social", etc......, si tuviéramos un "eticómetro", el resultado sería como mucho un 2 o 3, nivel muy bajo. Si, esta sociedad está falta de ética en abundancia, ya que la mayoría creemos que nuestro ombligo es el centro del universo; Solo pensamos en nosotros mismos, en aprovecharse de unas normas o leyes aprobadas de forma injusta para nuestro enriquecimiento, en atropellar a cualquiera para propio beneficio, en hacer como cita principal "tanto tienes, tanto vales", esto es la sociedad actual. Solo buscamos al resto de personas para formar un grupo, una sociedad, una plataforma, etc, para poder obtener unos beneficios concretos, para una vez conseguidos, "si te he visto, no me acuerdo".

En definitiva y ya para finalizar, creo que una sociedad mas ética, es una sociedad mas justa. No debemos vanagloriarnos de nuestra irreprochable ética y moral para fastidiar y menospreciar al prójimo, no siempre tenemos la razón, "es que yo soy así", si eres así. CAMBIA.


Los negocios también son un arte ya que en ellos se mezcla la estética y la ética. Los negocios sin ética no son útiles.

Alejandro Jodorowsky.



Después de tantos años estudiando la ética, he llegado a la conclusión de que toda ella se resume en tres virtudes: coraje para vivir, generosidad para convivir, y prudencia para sobrevivir.


Fernando Savater



miércoles, 24 de julio de 2013

"LO QUE QUIERO AHORA"

Excepcional e intenso artículo de Ángeles Caso , en donde reflexiona sobre la grandeza y la miseria de la vida.





Será porque tres de mis más queridos amigos se han enfrentado inesperadamente estas

 Navidades a enfermedades gravísimas. O porque, por suerte para mí, mi compañero es un

 hombre que no posee nada material pero tiene el corazón y la cabeza más sanos que he 

conocido y cada día aprendo de él algo valioso. O tal vez porque, a estas alturas de mi 

existencia, he vivido ya las suficientes horas buenas y horas malas como para empezar 

a colocar las cosas en su sitio. Será, quizá, porque algún bendito ángel de la sabiduría ha 

pasado por aquí cerca y ha dejado llegar una bocanada de su aliento hasta mí. El caso es que

 tengo la sensación –al menos la sensación– de que empiezo a entender un poco de qué va 

esto llamado vida

Casi nada de lo que creemos que es importante me lo parece. Ni el éxito, ni el poder, ni el 

dinero, más allá de lo imprescindible para vivir con dignidad. Paso de las coronas de laureles 

y de los halagos sucios. Igual que paso del fango de la envidia, de la maledicencia y el juicio 

ajeno. Aparto a los quejumbrosos y malhumorados, a los egoístas y ambiciosos que aspiran

a reposar en tumbas llenas de honores y cuentas bancarias, sobre las que nadie 

derramará una sola lágrima en la que quepa una partícula minúscula de pena verdadera. 

Detesto los coches de lujo que ensucian el mundo, los abrigos de pieles arrancadas de un 

cuerpo tibio y palpitante, las joyas fabricadas sobre las penalidades de hombres esclavos que

 padecen en las minas de esmeraldas y de oro a cambio de un pedazo de pan.

Rechazo el cinismo de una sociedad que sólo piensa en su propio bienestar y se 

desentiende del malestar de los otros, a base del cual construye su derroche. Y a los malditos 

indiferentes que nunca se meten en líos. Señalo con el dedo a los hipócritas que depositan 

una moneda en las huchas de las misiones pero no comparten la mesa con un inmigrante. A 

los que te aplauden cuando eres reina y te abandonan cuando te salen pústulas. A los que 

creen que sólo es importante tener y exhibir en lugar de sentir, pensar y ser.

Y ahora, ahora, en este momento de mi vida, no quiero casi nada. Tan sólo la ternura de 

mi amor y la gloriosa compañía de mis amigos. Unas cuantas carcajadas y unas palabras de 

cariño antes de irme a la cama. El recuerdo dulce de mis muertos. Un par de árboles al otro 

lado de los cristales y un pedazo de cielo al que se asomen la luz y la noche. El mejor verso 

del mundo y la más hermosa de las músicas. Por lo demás, podría comer patatas cocidas y 

dormir en el suelo mientras mi conciencia esté tranquila.

También quiero, eso sí, mantener la libertad y el espíritu crítico por los que pago con gusto 

todo el precio que haya que pagar. Quiero toda la serenidad para sobrellevar el dolor y toda la

 alegría para disfrutar de lo bueno. Un instante de belleza a diario. Echar desesperadamente 

de menos a los que tengan que irse porque tuve la suerte de haberlos tenido a mi lado. No 

estar jamás de vuelta de nada. Seguir llorando cada vez que algo lo merezca, pero no 

quejarme de ninguna tontería. No convertirme nunca, nunca, en una mujer amargada, pase lo 

que pase. Y que el día en que me toque esfumarme, un puñadito de personas piensen que

 valió la pena que yo anduviera un rato por aquí. Sólo quiero eso. Casi nada. O todo.

domingo, 17 de marzo de 2013

El hombre siempre tropieza dos veces con la misma piedra.

Cada día despertamos con alegría o con tristeza, con pasión o con temor, e iniciamos el nuevo día con paso firme o tambaleante. ¿Nunca te has preguntado que has hecho mal en la vida?. Yo cada día. ¿Cuantas veces has tropezado en la misma piedra?. Las personas cometemos los mismos errores varias veces en la vida, sabemos que es lo que está bien y mal, pero que en muy pocas ocasiones llevamos a la práctica.

Como dice la canción; "La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida", todos los días compramos un sobre sorpresa que no sabemos que lleva escrito en el interior.